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martes, 10 de enero de 2012

FRAUDE EMPRESARIAL 2a. parte. Perfil del defraudador

En los E.U. impulsados por la puesta en marcha de la Ley Sarbanes-Oxley, varias empresas de consultoría han propiciado el desarrollo de la orientación forense a la auditoría; y es así que en el caso de los ilícitos cometidos internamente por empleados y/o administradores incluso se cuenta con un perfil general del posible defraudador:
En un elevado porcentaje de casos, se trata de un individuo del género masculino, de mediana edad, tiene una educación superior a la media lo que le da derecho a tener un puesto de alta gerencia en el área de finanzas o en una función relacionada, lleva más de 5 años en la organización en el caso de empleados operativos y en el caso de alta dirección pudiera llevar hasta 10 años en la empresa, además, cuenta con la complicidad de al menos otro individuo, que en muchos casos no tiene suficiente experiencia laboral previa; a quien se le permiten múltiples concesiones.
Generalmente es visto como un adicto al trabajo, “workaholic”, trabaja hasta altas horas de la noche y fines de semana.
Rara vez toma vacaciones y protege celosamente su unidad de negocios del escrutinio.
No sabe trabajar en equipo y rehuye compartir información
Impone su elección de proveedores o de las personas con las que desea, o no, trabajar.
Es voluble y le gusta sobre-actuar.
Se torna arrogante y agresivo cuando alguien pone en tela de juicio los resultados de su trabajo.
Evade culpas y carga en otros las responsabilidades de sus errores.
Tiene un “inusual” patrón de orden en su trabajo, es excesivamente ordenado en unos aspectos y tan descuidado en otros que sin su ayuda es prácticamente imposible encontrar información dado el desorden que sólo el empleado parece comprender.  
Acepta de los proveedores regalos dispendiosos
Tiene problemas financieros, sin embargo su estilo de vida parece no coincidir con sus ingresos laborales.
Los clientes y proveedores sólo aceptan tratar con este empleado

Estos son unos algunas características que hacen que el individuo sea considerado candidato a la comisión de un delito contra el patrimonio.  Ello no quiere decir que se trata de una regla de conducta de observancia obligatoria en todos los casos;  nuestro objetivo tampoco radica en crear desconfianza, sino, en hacer reflexionar al empresario sobre el estado que guardan tanto el control interno, como el área de recursos humanos.
Y es que de conformidad con diversos estudios hasta un 56% de los fraudes investigados arrojaron señales de advertencia que debieron llamar la atención de la dirección general, pero, nunca se hizo nada. ¿sabe en qué situación se encuentra su plantilla laboral y su control interno? En FME CONTADORES podemos ayudarle.
En el próximo artículo hablaremos más sobre fraude empresarial.


contacto@fmecontadores.com

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